La característica esencial de las adicciones es la pérdida de control. La persona con una adicción no tiene control sobre su conducta, hecho que se pone de manifiesto en los elementos característicos de toda adicción:
La adicción se puede manifestar por la imposibilidad de controlar el consumo de alguna sustancia (alcohol, cannabis, cocaína, medicamentos…) o la realización compulsiva de una conducta (adicción a las compras, juegos, sexo…). No es infrecuente que en ocasiones aparezcan ambas adicciones.
También cabe destacar la adicción a las nuevas tecnologías, donde no es necesario realizar una desintoxicación médica. Esto no implica que en un primer momento y para frenar la conducta impulsiva se haga uso de fármacos. Una vez el paciente está estabilizado se comienza con el proceso terapéutico de deshabituación por medio de terapia psicológica. En este proceso se va poner al alcance del paciente y su familia medidas de cuidado y protección así como se les dotará de unas técnicas y herramientas que le permitan controlar sus emociones y recuperar el control de sus vidas. Además de todo esto se trabajará específicamente el control de los impulsos y el manejo de las emociones para no incurrir en este tipo de conductas. Las personas que sufren este tipo de trastornos tienen un riesgo elevado de sufrir adicciones a sustancias si no son diagnosticados y tratados correctamente.
Las principales señales de alarma de un uso problemático de Internet o de las nuevas tecnologías son las siguientes:
La adicción destruye no solo la vida de los que la padecen sino también la de sus seres queridos, padres, novio/a, esposo/a, hermanos, hijo/s, amigo/s, compañero/s de trabajo o jefe, entre otros.
Las adicciones son trastornos que requieren hacer una muy precisa evaluación del caso, lo que nos va a permitir diseñar un tratamiento personalizado. Debemos conocer cómo se originan y se mantienen las adicciones, lo que posteriormente explicaremos al paciente.
El primer objetivo a trabajar será siempre que la persona con una adicción asuma que tiene un problema y que precisa tratamiento para continuar abordando la desintoxicación. Posteriormente, se pasa al proceso de deshabituación psicológica.
El objetivo último es el de generar un nuevo estilo de vida en el paciente en el que no se incluya la conducta adictiva.
En el caso de las nuevas tecnologías, el objetivo es poder lograr un uso responsable (si es posible) ya que lo va a tener que seguir utilizando en el mundo laboral, académico, social…