Problemas Sexuales

Los trastornos de la sexualidad aumentan en incidencia y prevalencia año tras año. Las causas de los mismos pueden ser múltiples, como, por ejemplo, problemas de pareja, trastornos psicológicos como ansiedad y depresión, inadecuada educación sexual…

Además, diversos factores como una anticipación al fracaso, sentimientos de culpa frente a las relaciones sexuales o una pérdida de la atracción, la evitación de relaciones sexuales… son algunos de los factores que pueden causar que se mantenga este trastorno.

Los trastornos de la sexualidad más frecuentes en el hombre son las dificultades en la erección (impotencia secundaria) y la eyaculación precoz, aunque también se tratan otros como la eyaculación retardada o cada vez con más presencia, el deseo sexual hipoactivo. También tratamos las adicciones sexuales.

En las mujeres, los trastornos más frecuentes son el deseo sexual hipoactivo, seguido de la anorgasmia y el vaginismo.

En la Terapia Sexual intervienen una gran variedad de factores:

      • Psicológicos: Factores relacionados con las emociones, el pensamiento o la conducta
      • Sociales y contextuales: Roles de género y aprendizajes adquiridos socialmente
      • Orgánicos o biológicos: Enfermedades, deficiencias hormonales, desórdenes endocrinos, problemas cardiovasculares, cambios biológicos en determinadas etapas de la vida: menopausia, andropausia, etapa postparto…

¿Por qué es importante tratar los Problemas Sexuales?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), «la Salud Sexual requiere un acercamiento positivo y respetuoso hacia la Sexualidad, así como la posibilidad de obtener placer y experiencias seguras, libres de coerción, discriminación y violencia». Estos derechos sexuales agrupan a todas las personas y deben ser respetados, protegidos y cumplidos para que las personas puedan:

      • Alcanzar los más altos estándares de Salud Sexual, incluyendo el acceso a los servicios de Salud Sexual y Reproductiva
      • Buscar, recibir y transmitir información sexual
      • A la educación sexual
      • Respeto a la integridad física
      • Elección libre de pareja

La sexualidad es una parte integral de la personalidad de todo ser humano. Su desarrollo pleno depende de la satisfacción de necesidades humanas básicas, como el placer, el amor, la intimidad o el deseo de contacto.

Tener una vida sexual plena y activa lleva, irremediablemente, a ser más feliz gracias a una larga lista de consecuencias fisiológicas y psíquicas. Así, el sexo aumenta los niveles de testosterona, potenciando de esta manera la masa muscular, la energía y mejora la respuesta cognitiva. Su práctica reduce el estrés y el dolor, facilita el sueño, combate la depresión, fortalece los vasos sanguíneos y estimula el sistema inmune.

En el plano anímico, basta señalar que durante el acto se liberan endorfinas y serotonina, unas hormonas que provocan en la mente del hombre la sensación de bienestar y optimismo, al tiempo que supone una buena forma para aumentar la autoestima.

Proceso a seguir en la Terapia de los Problemas Sexuales

Realizamos una primera fase de evaluación de la historia sexual y social, para conocer el problema en todos sus aspectos: psicológicos y biológicos.

Posteriormente, explicamos las conclusiones tras analizar la información: qué te pasa, cómo es tu funcionamiento en la sexualidad.

Posteriormente, planificamos los objetivos terapéuticos y comenzamos con un tratamiento que aborde todos los aspectos que en la evaluación previa hayamos detectado que están afectados, es decir; hacemos una intervención integral.

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