La inteligencia emocional es fundamental para lograr el éxito en las relaciones personales y profesionales. Cada vez hay más estudios que avalan que el éxito no está sólo en la capacidad intelectual del individuo sino en la capacidad de gestión emocional y capacidad de toma de decisiones, así como la capacidad de gestionar las relaciones interpersonales.
Según D. Goleman, la Inteligencia Emocional (IE) es la capacidad de reconocer nuestras propias emociones o sentimientos, los sentimientos de los demás, tener la capacidad de motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones con los demás y con nosotros mismos.
Algunos aspectos claves de la Inteligencia Emocional son:
Para lograr una mayor autoconciencia, es necesario conocer todas las emociones que podemos tener. Y posteriormente, es preciso conocer lo que provoca nuestras emociones negativas. Basándonos en la psicología cognitiva, en el autor A. Beck, partimos de que las emociones vienen provocadas por los pensamientos que tenemos. Cuando los pensamientos son irracionales, inadecuados, irreales o fuera del pensamiento lógico, nos van a causar una emoción negativa. Cuando no somos capaces de controlar dichas cogniciones, aparecen sentimientos inadecuados que van a predisponer a una acción o conducta inadaptativa.
Por otro lado, otro aspecto de la Inteligencia Emocional es la conciencia social, la capacidad de reconocer las emociones de los demás y reaccionar ante ellas de forma adecuada, asertiva. Además, la comunicación es una de las vías de canalización emocional más importantes, y fuente fundamental para la resolución de conflictos.