Las habilidades sociales son aquellos comportamientos necesarios para la interacción entre las personas. Subestimamos la importancia de las mismas, pero son imprescindibles para mantener buenas relaciones interpersonales, de pareja, laborales…
Poseer unas buenas habilidades sociales está vinculado con el desarrollo de la autoestima, ya que ser capaz de resolver conflictos, defender tus derechos o expresar aquello que sientes es fundamental para tener un buen concepto de nosotros mismos.
Cuando hay un problema de habilidades sociales, debemos hacer una adecuada evaluación, ya que en ocasiones, se confunde inhabilidad e inhibición. ¿Qué significa esto?: En ocasiones, una persona no sabe cómo debe actuar en una situación determinada, hablamos de que hay un problema de inhabilidad y por lo tanto habrá que trabajar en el entrenamiento en habilidades sociales. Pero en otras ocasiones, la persona sabe perfectamente cómo debe actuar, pero hay algo que le impide hacerlo. En éste caso, hay que conocer qué provoca la inhibición y resolverlo.
En las habilidades sociales tenemos que diferenciar entre componentes verbales y no verbales. Ambos son fundamentales tenerlos en cuenta. Los componentes verbales se refieren al mensaje, lo que quiero decir, el contenido del mensaje. Los componentes no verbales se refieren a cómo lo digo, es decir, tono, volumen, postura, sonrisa, mirada…. Es necesario que ambos concuerden, ya que si no, el mensaje no llega de modo correcto. Podemos asegurar que en múltiples ocasiones, el cómo se dice tiene más peso que el propio mensaje.
Dentro de las habilidades sociales podemos destacar.
Aprender a manejar las habilidades sociales es esencial para tener seguridad en uno mismo, sabiendo qué quiero decir y cómo debo hacerlo. Aporta sensación de control de nuestra vida.
Carecer de unas adecuadas habilidades sociales, está en la base de muchos problemas emocionales y de baja autoestima. Genera inseguridad, miedo, lo que provoca conductas de evitación social, con todo lo que ello conlleva.
Todo tratamiento se inicia con una evaluación inicial, ya que las Habilidades Sociales son comportamientos que están relacionadas con la forma en la que una persona piensa y siente. La forma que una persona tiene de comportarse socialmente es el resultado de una personalidad forjada en la infancia en la relación con su entorno familiar y social.
A lo largo de la infancia vamos aprendiendo a pensar, sentir y por consiguiente a actuar ante las diversas situaciones de la vida. Si hemos aprendido a sentir vergüenza en lugar de una seguridad sentida relacional, no desarrollaremos las habilidades sociales necesarias. Si, además, no observamos unas habilidades sociales adecuadas en nuestro entorno, es muy difícil llegar a la adolescencia armado con habilidades relacionales que nos ayuden a sentirnos bien.
Una vez evaluado, pasamos a trabajar mediante un modelo Cognitivo-Conductual, donde os enseñamos a modificar las cogniciones y conductas, logrando un afrontamiento social correcto, así como un sentimiento de control y autoestima mejor.
