La ansiedad es un mecanismo adaptativo, ya que ante situaciones amenazantes nos prepara para una mejor respuesta. Mejora el rendimiento y la capacidad de anticipación y respuesta que poseemos. La función principal de la ansiedad es movilizar al organismo, mantenerlo alerta y dispuesto para intervenir frente a los riesgos y amenazas, de forma que no se produzcan o se minimicen sus consecuencias.
Por lo tanto, ¿cómo siendo un mecanismo adaptativo nos genera problemas? Y la respuesta es porque es un mecanismo de defensa y saludable cuando la amenaza es real. Y se convierte en problema (en un aviso de que algo no lo estamos haciendo bien), cuando dichas amenazas no son “reales”.
¿Qué significa todo esto?
En muchas ocasiones, nos preocupamos por el futuro, qué va a pasar, qué pueden pensar de nosotros otras personas, nos planteamos exigencias excesivas, sacamos conclusiones en base a hechos pasados planteándolos como argumento de futuro… Y todo esto nos condiciona en nuestras tomas de decisiones, en las relaciones con los demás y en nuestro rendimiento laboral.
Cuando la ansiedad nos dificulta la ejecución y calidad de vida, estamos ante un problema que debemos solucionar.
La ansiedad se manifiesta como un triple sistema de respuesta que nos protege ante un peligro:
Es normal que los niños se preocupen de vez en cuando. Si la ansiedad de tu hijo / hija se intensifica y comienza a interferir en su desarrollo escolar o en las relaciones con sus amigos y familiares, es probable que necesite ayuda profesional.
Es muy importante buscar ayuda y solución lo antes posible para que el problema no se tienda a cronificar. Al igual que en los problemas médicos o físicos, cuanto antes busquemos una solución, más fácil será la salida del problema. Además, en estos casos la ansiedad suele combinarse con otros trastornos psicológicos, como la depresión.
El tratamiento psicológico de la ansiedad infantil, en general, irá orientado a reducir la respuesta de ansiedad y a facilitar al niño / niña o adolescente las estrategias y herramientas necesarias para afrontar de manera eficaz la situación o estímulo que valora como amenazante:
En resumen, la intervención del psicólogo infantil está dirigida a disminuir la respuesta física de ansiedad, cambiar la percepción sobre la situación y a modificar el comportamiento del menor ante dicha situación.